La obra NOA nos lleva de inmediato a una región geográfica y ecológica de Argentina. Si bien su nombre se refiere a varias provincias del noroeste argentino, estas especies en peligro de extinción, caminan ausentes, se cazan, se ignoran, se esconden allí en montes y montañas de zonas áridas, también en varios países limítrofes. Esta es una realidad que el artista nos lleva a reflexionar, pues sus hábitats naturales están vulnerados, una realidad sin fronteras. El gato andino apodado “IBBAR” por el autor, es el felino latinoamericano más desprotegido de América por su indiferencia. La taruca junto al ñacurutú lo acompañan, los tres nos miran y nos interpelan. El cactus como flora natural también aparece destacado en la obra; una especie americana de millones de años. Los cactus favorecen la atmosfera absorbiendo el dióxido de carbono, actuando en silencio durante la noche.