Esta obra nos invita a imaginar y a reinterpretar la historia tras pasar 500 años. A descubrir aquella flora de la Patagonia que aún sigue viva y no se ve.
“La conquista” y los viajes de Magallanes resultaron el descubrimiento del paso más austral y bionatural del mundo. Ese viaje que se inició con cinco carabelas y regresó solo una, dejó huellas profundas, tenía el propósito de abrir una ruta comercial con las islas de las especias.
¿Ese tipo de conquistas sigue siendo el único propósito del hombre?
Sin conocer la flora y su historia difícilmente tampoco podremos recomenzar.
Dos obras de arte unidas por una misma pasión conforman una sola pieza para estudiar en profundidad y reflexionar al detalle.
Flora del fin del mundo – MODULO A
En este módulo puede verse la simpleza, pero a su vez el artista quiso expresar la disputa de especies. Las exóticas han invadido el territorio de las nativas. Carpobrotus edulis es una planta exótica invasora introducida por el hombre que ocasionó daños irreparables en los ecosistemas y aun hoy lo sigue haciendo. Las autóctonas como el Canelo, el Calafate y la flor del Chilco reflejan su magia, son comestibles, medicinales y sagradas.
Flora del fin del mundo – MODULO B
Aquí aparece como protagonista la Orquídea dorada que es la flor nativa más antigua de América, son plantas muy sensibles que sólo nacen en los bosques más puros. Luego están las Mutisias que fueron elegidas por el artista por lo silvestre y lo salvaje. La flor del Calafate aparece y después de crecer da sus frutos.