La obra manifiesta el origen de una Selva, es un llamado a la conciencia ambiental del planeta para salvar todas las selvas originarias. La paleta de colores solo en verdes representa la esperanza, planteando una mirada auténtica de respeto y valoración hacia el futuro de los bosques y las plantas. Es un llamado a la introspección y al diálogo. “El Kalimantan era el nombre con que los pueblos originarios de la isla de Borneo aclamaban su apreciada selva, la misma que fue deforestada casi en su totalidad en las décadas de 1980 y 1990, siendo una de las acciones más desfavorables hecha por el hombre en el mundo” nos cuenta el artista. Hoy Borneo está divida en Indonesia, Brunei y Malasia. Hoy Kalimantan, vuelve a levantarse como fiel ejemplo de constancia y perseverancia para seguir adelante.