LEMURES DE MADAGASCAR

ANIMALES DEL CONTINENTE AFRICANO

7 de abril al 21 de junio 2025

200 x 285 cm

Gonzalo nos comparte que todos los lémures son primates nativos de la isla de Madagascar, donde han evolucionado de forma aislada, desarrollando características únicas.

Con más de 100 especies diferentes, los lémures son conocidos por su diversidad y se agrupan en cinco grandes familias:

– Lemuridae (lémures verdaderos)
– Cheirogaleidae (lémures ratón)
– Lepilemuridae (lémures saltadores)
– Indriidae (lémures grandes)
– Daubentoniidae (aye-aye)

Su tamaño varía desde los 30 gramos hasta los 9 kilogramos, y presentan una gran variedad de colores y patrones en su pelaje. Son animales sociables, que viven en grupos organizados y exhiben una notable inteligencia y curiosidad. Algunas especies se destacan por su habilidad para saltar y trepar, y aunque sus hábitos varían, la mayoría son diurnos.

Los lémures son omnívoros, alimentándose de frutas, hojas, insectos y pequeños animales.

En particular, los lémures de cola anillada o lémures catta (familia Lemuridae) tienen una dieta especializada en frutas y hojas.

Gonzalo destaca:

“Ellos demuestran que son muy sociables, saben convivir en armonía y organizarse en grupos mixtos. Son un ejemplo de convivencia absoluta.

Les encanta tomar sol por la mañana: se sientan de cara al sol, con los brazos abiertos, como si estuvieran meditando.”

Estos primates se comunican mediante una gran variedad de vocalizaciones —gritos, chillidos y gruñidos—, así como a través de señales visuales, movimientos de la cola y cambios de postura.

Los lémures catta pasan más de un tercio de su tiempo en el suelo, más que cualquier otra especie de lémur.

Curiosamente, el lémur figura entre los cinco animales que más duermen en el mundo.

En este ranking están:

1. Koala
2. Perezoso
3. Armadillo
4. Zarigüeya
5. Lémur (duerme entre 16 y 18 horas al día)

¿Y si jugamos a ser lémures?

Gonzalo propone:

“La naturaleza siempre nos ofrece ejemplos claros. Esta nueva obra, al ser estudiada, invita a interactuar con los chicos, fomentando hábitos de descanso y meditación en el aula para reducir el estrés y la ansiedad.

También promueve la concentración y el bienestar emocional al hacerlo en equipo.”

Una invitación a observar, aprender y conectarnos con la naturaleza… incluso desde el aula. Porque, a veces, basta con mirar a un lémur para recordar lo esencial: convivir, cuidarnos y encontrar momentos de calma.